17/03/2020
Un día más metidos en casa, cumpliendo nuestro deber.
Lo malo de tener tanto tiempo libre es que te da tiempo de
pensar de casi todo como de que pasara ahora con la selectividad o de las notas
que nos dan el próximo viernes vía Pasen o de cómo nos salió el último examen
de lengua y que nota tendremos porque aún no estoy segura de cómo me salió el
ejercicio de las palabras simples, compuestas, derivadas o parasintéticas, que
si había que explicar que era cada una. Que una palabra simple está compuesta
de un lexema, que si las derivadas son
la unión del lexema más los derivativos, luego que si las palabras compuestas
era la unión de más de un lexema o que las palabras parasintéticas eran más de
un lexema con sus derivadas. Total, una paranoia… en ese mismo ejercicio me pedía
ejemplos de estas palabras, o sea, que si era las simples podía poner, por
ejemplo, coche, escuela
o coche; de palabras compuestas podía ponerle
como ejemplo: sabelotodo, girasol o pelagatos; en derivadas podría ser como: zapatero, original
o blancura; y finalmente en parasintéticas: aclarar, adormecimiento
y alisar.
Total, que ojala saber la nota de mi examen y saber cómo me
ha ido ese ejercicio.
Otra cosa en la que he podido pensar es que, por ejemplo, anoche
mientras pensaba que podía escribir en libreta donde escribo todas mis
historias cortas, encontré una hoja de papel con un poema copiado, no recuerdo
cuando lo copie pero cuando lo leí lo entendí:
Es una historia conocida, amigos,
todos la recordamos,
viento del pueblo se perdió en el pueblo
pero no ha terminado.
Hace tiempo hubo un hombre entre nosotros,
alegre, iluminado,
que amó y vivió, cantaba hasta en la muerte,
libre como los pájaros.
¡Qué bonito sería! Nace, escribe,
muere desamparado.
Se estudian sus poemas, se le cita,
y a otra cosa, muchachos.
Pero su nombre continúa, sigue,
como nosotros, esperando
el día en que este asunto, y otros muchos,
se den por terminado.
¡Qué bonito sería! Nace, escribe,
muere desamparado.
todos la recordamos,
viento del pueblo se perdió en el pueblo
pero no ha terminado.
Hace tiempo hubo un hombre entre nosotros,
alegre, iluminado,
que amó y vivió, cantaba hasta en la muerte,
libre como los pájaros.
¡Qué bonito sería! Nace, escribe,
muere desamparado.
Se estudian sus poemas, se le cita,
y a otra cosa, muchachos.
Pero su nombre continúa, sigue,
como nosotros, esperando
el día en que este asunto, y otros muchos,
se den por terminado.
¡Qué bonito sería! Nace, escribe,
muere desamparado.
Y entonces recordé porque lo copie, es como yo veía a los
escritores para mí un escritor es todo aquello que representa mi vida.
Este poema de Goytisolo lo refleja muy bien, este autor perteneciente a la generación de los
cincuenta, en el que también estaba Ángel
González, Claudio Rodríguez o José Ángel
Valente.
Y este poema ahora que lo recuerdo cumple con una de las características
de la poesía de esta época que es el principal compromiso del poeta es su obra.
Otras características son que los poemas eran subjetivos, que aparece mucho la ironía y el humor, y que
tienen interés por las cuestiones existenciales y sociales
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